Visión del Morro

Morro de la Habana
Foto: Geysis Gómez

El faro del Morro, erguido en la boca de la bahía, abanica su luz como amago de vigilancia sobre la ciudad nocturna. Es mentira eso de que el faro nos esté mirando, y tanto es así que la bahía de la Habana quedó preñada por buques fantasmas justamente porque el Morro bajó la guardia y les dio paso -una de las tantas maneras de anclarse a esta tierra-, por eso en la bahía descansan abundantes tesoros entre las miasmas y jaleas intoxicadas –me han dicho incluso que los pocos peces que quedan emanan una luz brillantísima, falsa plenitud tomando en cuenta la oscuridad inhóspita de sus aguas-. Si se mira al Morro desde la Punta es fácil confundir sus muros con una rompible fortaleza de papier maché, Morro de juguete como a veces parece de juguete la Historia. Muy por el contrario, si se mira La Habana desde el faro hay una suerte de abismo insalvable. Si se mira el abismo atentamente caemos bajo cierta taquicardia por convertirnos en cuerpo alado cuyos pies levitan sin remedio sobre un fin de mundo, un acabarse de golpe la tierra para recomenzar más allá, donde esos edificios semiderrumbados esperan no sé qué.

3 respuestas a «Visión del Morro»

  1. Vaya chiquita que sorpresa conocer tu blog. ES lírica de las cosas simples de La Habana, con todo el eterno misterio de esa ciudad, y lo develas así, tranquilamente.
    Nunca seré escritor.

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