Gato Tuerto

Bar Gato Tuerto del Vedado habanero
Foto: Beatriz Verde Limón

La Habana es una noctámbula empedernida, a ratos una mujer de carroza o  novia japonesa con el rostro blanco, una Penélope ebria llorando sobre esta barra que, históricamente, acogió bohemios, gente de boleros, nocherniegos impíos, y ahora recibe a los que pueden permitirse un trago que vale tres pesos convertibles, una noche que costará, mínimo, cinco pesos convertibles la entrada. ¿Por qué el gato es tuerto? Las voces estrellas cuelgan silenciosas a la entrada, rostros de los añorados/llorados años cincuenta, incluso de antes. Al Gato Tuerto se llega por la calle O, subiendo desde el Malecón, antes de llegar al Hotel Nacional. ¿Acaso un gato arrabalero, un gato buscapleitos que una noche perdió un ojo en una pelea entre pandillas? Un negrón a la entrada, de traje y brazos cruzados, me sigue con la mirada hasta que me pierdo tras la inmensa puerta giratoria. Temprano es como cualquier otro bar. Música, gente acodada en las mesitas, pequeño recinto a media luz con olor a tabaco Cohíba, Montecristo, Hoyo de Monterrey. Los señores conversan desde su vestir informal -dinámica del trópico- y sus flemáticos gestos europeos, los cubanos se reconocen por ese glamour que se queda en amago, que ni siquiera el dinerito es rival para el cubaneo afincado a los huesos como un virus resistente. Las noches del Gato Tuerto nos regalan las voces de María Antonieta, Elizabeth de Gracia, Ela Calvo. Pero ya es viernes de madrugada, justo cuando la Habana se va de parranda y no para, mínimo, en tres días. La Habana, a ratos, es una mujer sin límites. ¿Cómo se nos convirtió este gato en un gato de lujo? El pequeño local es pura neblina de tabaco, y el orgasmo del gato chisporrotea en la penumbra del bar, sobre la bandeja del mesero por sobre las cabezas, un trago-arte-efímero, el trago del lugar. El gato de lustroso metal que cuelga en la pared contempla a Osdalgia mientras sube al pequeño escenario y con su voz cubanísima cuidado con la culebra que muerde los pies…  Ya para entonces todos estamos mezclados -dinámica del trópico-, europeos y americanos en un solo filling pero hay dos mujeres que bailan demasiado apretadas, demasiado, y se besan, y el negrón descruza sus brazos y viene con su traje a decirles que es preciso mantener el orden, de lo contrario deberán marcharse. La Habana a ratos no es tan liberal como pensábamos. El gato se levanta el parche y nos contempla, eso, con los dos ojos. Osdalgia canta fever, when you kiss me, fever when you hold me tight, fever in the morning, fever all through the night. ¿Quién le pone el cascabel al gato?  

5 respuestas a «Gato Tuerto»

  1. Visite en oportunidades cuba, la mayor parte de mi estadia fue en la habana ya que queria saber, sentir, oler lo que siempre habia leido y/o escuchado.
    Concurri a muchos lugares nocturnos los cuales disfrute, pero hay uno que fue el primero q conoci al cual llegue en taxi.
    Encontrarme alli en ese lugar no grande, acogedor, calido, lleno de musica, con musicos brillantes fue para mi magico, tomando un trago, deleitandome al escuchar en vivo cantantes, tambien bailando, disfrutando y conociendo gente de distintas latitudes…..
    Es el lugar al cual mas e concurrido y al cual seguramente de volver a cuba ire de inmediato..
    Gracias gato tuerto….y a su gente…

    1. Hola ese Gato Tuerto emblematico ,es asi de concurrido con sus olores y nos deleita. aqui hay otro Gato, acogedor es como si fuera la copia de nuestro de la Habana , queremos ser y dar lo mismo k se dá allí amor cariño música romantica y ritmica,salsa bachata a bailar con los cubanos aqui… graciassssssss

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